Los alimentos son imprescindibles para la vida y suministran al organismo los nutrientes y energía necesarios para mantenerse saludable. La nutrición es consecuencia de la alimentación, ya que los alimentos una vez ingeridos y procesados por el organismo (a esto denominamos alimentación), son transformados y utilizados por el mismo en distintos procesos biológicos (esta es la nutrición).
Usted debe pensar en la planificación de una dieta saludable como una serie de pasos pequeños y manejables en lugar de un cambio drástico grande. Si aceptas este compromiso, se puede tener una dieta saludable antes de lo que piensas.
Simplifique. En lugar de estar demasiado preocupado por contar calorías o medir tamaño de las porciones, piense en su dieta en términos de color, variedad y frescura. De esta manera es más fácil tomar decisiones saludables. Centrese en la búsqueda de alimentos que le gusten y recetas fáciles que incorporen algunos ingredientes frescos. Poco a poco, su dieta será más saludable y más deliciosa.
Empiece despacio y trate de realizar cambios en sus hábitos alimenticios a través del tiempo. Tratando de hacer su dieta saludable durante la noche no es inteligente. Cambiar todo a la vez por lo general conduce a la trampa o a renunciar a su nuevo plan de alimentación. Hacer pequeños pasos, como la adición de una ensalada (llena de diferentes verduras de color) a su dieta una vez al día o cambiar de mantequilla al aceite de oliva al cocinar. A medida que sus cambios pequeños se convierten en hábito, puede continuar agregando opciones más saludables a su dieta.
Agua. El agua ayuda a eliminar de nuestros sistemas productos de desecho y toxinas, la deshidratacion causa cansancio, falta de energía, y dolores de cabeza. Es común confundir la sed con el hambre, por lo que mantenerse bien hidratado también le ayudará a hacer la elección de alimentos más saludables.
La alimentación se considera adecuada y saludable cuando es:
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Suficiente para cubrir las necesidades y mantener el equilibrio del organismo.
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Completa y variada en su composición, según la edad y circunstancias de cada persona.
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Adecuada a diferentes finalidades según el caso: conservar la salud, ayudar a curar enfermedades, asegurar el crecimiento y desarrollo de los niños, etc.
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Adaptada a las necesidades y gasto energético de cada persona.
Por eso, si queremos mantener la salud debemos conocer nuestras necesidades nutricionales así como la composición de los alimentos. De este modo podremos analizar si nuestra forma de alimentarnos es la correcta y modificar nuestra dieta si fuera necesario.
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Como regla general, debes escoger alimentos que sean bajos en grasas saturadas y en colesterol. También debes limitar tu ingesta de azúcar y sal. Debes comer más alimentos con fibra, como frutas, vegetales y cereales.
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Haz variaciones en tu dieta habitual y procura comer de todo. Evita la monotonía.
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Haz cinco comidas al día.
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Picar entre horas: procura evitar productos de alto contenido calórico como golosinas o chocolates y tómate una pieza de fruta.
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Hay alimentos que por su composición, debemos limitar su consumo. No es necesario que los elimines de tu dieta, tan solo controla la frecuencia con la que los tomas y la cantidad de los mismos.
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Frutas y verduras: 5 al día. Su consumo disminuye el riesgo de paceder numerosas enfermedades
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El agua es un nutriente esencial. Debes beber al menos 1,5 litros de líquidos al día. No esperes a tener sed para beber.
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Siempre que puedas, evita las comidas preparadas y los fast food. Escoge alimentos frescos.
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Comer deprisa puede causar problemas digestivos. Disfruta tu comida: tómate tu tiempo, siéntate y relajate.
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Comprueba las etiquetas de la comida que compras.